12 jun 2010

Istoria de un povre ateo: el final del futvol para orasio

Oi en dia en que hestá tan de moda el futvól para todos i se biene la gran sita del mundial, quiero avlar del final del futvol para Orasio, que acaecio no ase mucho tienpo. Es berdad: la pación popular no cienpre me fue ajena. Oi é desidido sacarme el peso que yebo adentro, confesarlo con usted, hestimado lector. Es una istoria vrutal, que me yena de berguensa i que por eyo mismo prefiero escrivir como ci Orasio no fuera lló mismo: es desir en estilo maradoniano (que además biene al caso porque es una istoria de futvol soquer) i tanvien quiero pedir de antemano su piedad, cepa entenderme i perdonarme. Enpesemos entonses:
Orasio era un espesialista en futvól i tenia un conjunto preferido, el conjunto mejor de la siudad donde bibe i lo ceguia cemana a cemana en el campeonato i cuando podia iva al estadio de la siudad a berlo jugar. justamente uvo un dia que fue el dia final.
Eza maniana Orasio ce lebanto tenprano i miro por la bentana "hes un dia de zol, que bueno" penzó el umilde tecnio-mecanico i ce fue a su tayer a reparar cozas con la hidea fija de ir esa misma tardenoche al estadio probicial para ber a su equipo.
El vuen Orasio travajo muchicimo ese dia i iso las cosas mui vien. Despues ce puzo la camiceta de sus amores, la gorrita de sus amores, las medias de sus amores, todo el conjunto conpleto del vuen incha del equipo de sus amores i ce fue a la cancha.
Yego tenprano i saco la entrada mas cara, porque estava en una epoca de bacas gordas i entro tranquilo al estadio. Ce paro a comer un choripan i tomarce una coca i despues ce cento en las vutacas a esperar. Estava jugando la recerva del cluv. Orasio termino su rico choriso i su refrescante cocacola i apacivlemente ce puzo a mirar a la jente que concurria lentamente en la trivuna..."es el puevlo", pensava.
Hen ezo Orasio be que entra un tremendo minon (disculpen las damas lectoras i la Cata, duenia de mi perecne amor). Hera una de ezas mugeres que ban a la cancha con una rropa difisil de catalogar, asta peligroza por ci ce les tiran todo los tipos ensima. Ocbio que benia acompaniada, flaco de facha, lentesitos aumados vien oscuros, yins inpecavles, camiceta orijinal i nueba del cluv.
Ce centaron, para desgrasia de Orasio, justo delante de el. El pive, pensava ORasio, tuvo suerte porque no cualquiera logra caer al estadio con una cocita como hesa..."¿cerán nobios?" ce preguntava nuestro apesadunvrado éroe "¿o cerá la primera salida?...ceguro que eya esta con el por la guita, porque la berdad que el pive no bale nada...para colmo biene con lentes negros i ya es caci de noche...¿que ce cree el flaco?" Cozas por el hestilo pensava el Orasio, que de a poco ce dejava yebar por la maledisensia.
Hen eso iva todo, cuando comenso el partido. Ya estava todo de noche i orasio prestava mas atension a los acientos de las gradas que a la cancha, i no era por la mina, no ceñor: tenia la bista fija en el flaco, que no ce sacava los lentes i mirava para cualquier lado del hestadio menos para la cancha.
Cuahdo la jente cantava el loco mobia la cavesa como endemoniado, i esha lo mirava i sonrreia.
"Mierda, pensava Orasio, que tontas son las chicas a beces". Todo iva aci cuando yego el intermedio. el partido, avurrido i sero a sero, pero Orasio caci no presto atension.
Fue al vanio i ce refresco la cara i ce tomo una serbesa para aminorar el enojo. I le pidio al sielo que no le tocara un aciento serca de la pareja. Entonses entro en la trivuna otra bes i ce coloco caci en el lado opuesto del que estava: llá avia perdido medio partido, queria disfrutar el rresto.
El encuentro iva a empesar, cuando depronto ce le cientan avajo, los mismos dos. Eya, despampanante, el con los lentes negros.
Orasio lo mirava llá con vronca i pensó: "Boi i le digo, eh, loco, dejate de joder i sacate los lentes". Pero no lo iso i encanvio estubo todo el partido mirando i remirando al tipo.
Derrepente, ce cienten puteadas i mas puteadas por todas partes: Gol de los bicitantes.Orasio cigue mirando al tipo i caliente piensa que deve cer yeta i que pierden por su culpa.
A los sinco minutos, comiensa a centir un murmuyo, "ci ci ci, dale dale dale" i de pronto una ecsplosión: Gol del local. Aora orasio le echa al tipo la culpa porque ce perdio el gol por mirarlo a el.
El partido ce buelve emocionante, de ida i buelta, pero el no puede mantener quieta la bista en el sesped. El equipo de Orasio estubo a punto de bolber a quedar en desbentaja. Pero derrepente: un grito ensordesedor yena el estadio. Golaso, otro gol de local: el equipo de Orasio aora gana 2-1, pero el ce pierde las emosiones porque tiene la mirada fija nuebamente mas avajo en la trivuna. En medio de la fiesta jeneral, todos ce avrasan, festejan, el mira triste el abraso emosionado del tipo de los lentes negros con su mujer. Al onvre que el odiava porque no ce avia sacado los lentes en toda la noche, ce le an caido las gafas i en el enriedo de brasos, pelo, cavesas, en el avraso que propina a la chica que lo acompania, la cara queda apuntando a Orasio que conprueva orrorisado que el tipo es siego.
Orasio ce lebanta i ce ba del estadio, que es una fiesta. No be el final del emosionante encuentro, tiene un peso en su consiensia.
Despues de eso ORasio no bolbio a un estadio, tanta berguensa le dio. Lector, hespero que esto te cirva de lecsion, para que cepas los rriesgos que ce corren por jusgar a los otros cin motibos rreales. I espero que lo entiendas al povre Orasio, que ce dejo yebar como un tonto por sus malbados penzamientos.
Me disen que la celecsión arjentina le gano 1-sero a nijeria. Ojala heste condenado irredento pudiera disfrutar el momento como zus conpatriotas. Me alegro por todos ustedes, todabia pueden salbarce, no agan como lló.
Que Maradona los vendiga.

7 comentarios:

vodka dijo...

que bueno que es usted,orasio esteban... no merezco sentarme a su lado en el asado.... un cieguito, pobrecito... y ud., tan mortificado. Yo (atrapada por el ritmo del relato) anticipaba otro final, que habla (ya no del relato) si no de mi sucio espiritu. Pensaba que el (finalmente) pobre hombre de los anteojos iba al baño y ud.se le tiraba encima a la doncella exuberante, con la nimia excusa de festejar un go...
Y que el hombre (el cieguito, pero no lo sabiamos) le daba una tunda de ordago y entonces ud. escarmentaba y nunca mas iba al fulbo...
Pero no era eso, no... solo un alma bella como ud. se amilana con la desgracia ajena.Igual el cieguito podia tocar a la mujer exuberante, y las manos a veces ven. Sirva esto como consuelo.

nilda dijo...

Orasio. ¿sigue sin mirar el partido?
me preocupa.

Agustín dijo...

Hola ora, no lo conozco y por ende no lo tuteo. Le escribo desde tierras bonaerenses, desde un pequeño lugar llamado Saladillo, ya no recuerdo cómo llegue a su vlog, pero bueno llegué. Y leo sus cuestiones muy interesantes. Con respecto a la nota que comento debo decirle que en el momento yo también me dejé llevar por la malevolencia del ser humano, y cómo comentó Nilda más arriba, ese hombre igual se come al caramelito dle relato, por lo cual, no me da tanta tristeza el cieguito táctil de cuerpos perfectos, sino los desgraciados cómo usté y cómo yo, que siempre terminan con historias tristes, y nunca con la mujer perfecta, y hasta a veces teniendo que dejar de apreciar el deporte más bello. replantése la situación y vuelva al fútbol, que para equivocarse seguirá habiendo tiempo, saludos

Orasio Estevan Hálvares dijo...

Mi vuen amigo agustin, cea vienbenido ami umilde morada i espero que la aga sulla i nos bicite i comente cada bes que quiera i que pueda.
En cuanto al sieguito, mire ci cere panfilo que no ce me ocurrio ni penzar en tocar a la muchacha, porque no ce olbide que lló llá encontre a la muger perfecta, es la Cata.

Orasio Estevan Hálvares dijo...

Hestimado Agustin:
Mi comentario anterior lo escrivio la Cata (himitando correctamente mi hestilo). Pero eya tiene rason: es mi muger perfecta. Lo que no quita que aqueya otra estubiera buenicima i curbada: en ese centido creo que era una mujer braile, espesial para el siego ese.
El sieguito me da igual, aunque llá Savato nos prebinio sovre su peligrocidad.
Me da melancolia no poder ber el fucvol, boi a intentarlo quisas con algun partido del mundial, pero tanvien pienzo escrivir las cronicas del ateo del futvol, que llá puce la primera en esta nota.
Estoi mui de acuerdo con la Cata, hespero que benga a bicitarnos desde el lugar istórico del saladiyo a este umilde vlog, echo con tanto amor desde mi corason.
Lo abraso
Orasio.

Agustín dijo...

estimado oracito y doña cata, espero no haber causado motivo alguno de posible pelea entre su (ahora que me cuentan,) perfecta pareja.Sólo digo que de vez en cuando una cañita al aire pá avivar el fuego de la pareja, no viene mal. Pero ese es un pensamiento mío y de mi higado retorcido, no sólo por lo que se maquina con mujeres imposibles sino porque creo que me cayó mal una torta de unos días en la heladera. igualmente, agradezco su cortesía y l digo que obviamente seré habitual visitador de este espacio virtual. también si quieren y sin compromiso alguno, les digo que tengo uno yo también pá no ser menos que se titula http://herenciapaunhijoguacho.blogspot.com/. Sin más les dejo un abrazo y nos vemos por las redes...

nilda dijo...

orasio, reaccione ya. Deje de lado imposibles mandatos yetatorenses. Ud.no es mufa.
Lavese con ruda macho, tomese una ablucion de agua bendecida en la parroquia y si quiere una purga con sal inglesa para librarse de todo mal y venga a ver el partido a mi casa que hago prepiza.
No tome como un desaire que mi marido prenda la tele y se vaya al patio. Siempre hace eso. No me deja ver la television y tampoco la ve el. No tolera el climax del partido. Y yo soy una mujer comprensiva. Pero si no quiere venir (la cata por supuesto esta invitada y con ella podriamos hablar de cosas de mujeres, como el tejido, la revista labores y el precio de la achicoria que son las cosas que hablamos las mujeres (cuando no hablamos de lo bien que debe empomar un supongamos el actor que hizo el joven manos de tijera), si no puede venir, escriba.. Se extraña su cronica futbolera, su cronica del ateo del fulbo.